Jugadores de rugby, ¡despertad!
El rugby vive un momento dubitativo. Todos los estamentos integrantes del mismo, revisan su figura y repasan una y otra vez su estatus.
La Federación, necesitada de credibilidad, deambula en el espacio rugbístico como un elefante en una cacharrería. Falto de discurso y claridad de ideas, se acoge a lo único que es su competencia exclusiva, la representación internacional, pero con una falta absoluta de visión a medio y largo plazo.
Algunos clubes repasan su futuro ante la aparición de la SIR. No están seguros de su ubicación futura, pero sí del drama histórico de recabar año a año recursos económicos imposibles, para pagar los cada vez más altos costos de competición.
Mientras, otros clubes y los anteriores batallan en una selva de oferta deportiva buscando recursos humanos. Jugadores que quieran apostar por un deporte de imagen distorsionada y donde muy pocos han profundizado en sus valores, imprescindibles para una sociedad de futuro.
Ante este panorama de las estructuras que soportan al rugby, la Federación se comporta como un auténtico señor feudal. Recaudando cada cierto tiempo el cobro en especia, jugadores, sin preocuparle si van aquí o allá con determinadas garantías.
Y en este panorama, “álguienes”, los jugadores, que casi no existen, pero son necesarios, ¡imprescindibles!, pues sin ellos no hay rugby. Puede faltar todo lo demás, pero con ellos siempre habrá rugby de una u otra manera. Los jugadores de alto nivel, fruto de un ingente trabajo de todos-entrenadores, directivos y entidades-, buscan una continuación a su progreso, escapando de este erial deportivo. Los jugadores de medio plazo necesitan de los anteriores para progresar, de su calidad, experiencia y veteranía. Los jugadores de largo plazo precisan de referencias a las que imitar e incluso superar.
La SIR propone un espacio evolutivo inevitable, la FER precisa para su relanzamiento de algo parecido a las propuestas de la SIR. Mientras, las estructuras, clubes, franquicias, se pierden en un sudor frío económico agravado en tiempos de crisis. ¿Y los jugadores? ¡Despertad! Sois imprescindibles para jugar, pero también para guiar y protagonizar el paso del amateurismo al profesionalismo. A un profesionalismo con futuro, sólido, estable y sostenible económicamente, que mueva cifras justificables por una expresión deportiva que gaste lo que genere.
Seamos inteligentes y trabajemos todos de la mano.
Kote Olaizola
Presidente Basque Korsarioak
El rugby vive un momento dubitativo. Todos los estamentos integrantes del mismo, revisan su figura y repasan una y otra vez su estatus.
La Federación, necesitada de credibilidad, deambula en el espacio rugbístico como un elefante en una cacharrería. Falto de discurso y claridad de ideas, se acoge a lo único que es su competencia exclusiva, la representación internacional, pero con una falta absoluta de visión a medio y largo plazo.
Algunos clubes repasan su futuro ante la aparición de la SIR. No están seguros de su ubicación futura, pero sí del drama histórico de recabar año a año recursos económicos imposibles, para pagar los cada vez más altos costos de competición.
Mientras, otros clubes y los anteriores batallan en una selva de oferta deportiva buscando recursos humanos. Jugadores que quieran apostar por un deporte de imagen distorsionada y donde muy pocos han profundizado en sus valores, imprescindibles para una sociedad de futuro.
Ante este panorama de las estructuras que soportan al rugby, la Federación se comporta como un auténtico señor feudal. Recaudando cada cierto tiempo el cobro en especia, jugadores, sin preocuparle si van aquí o allá con determinadas garantías.
Y en este panorama, “álguienes”, los jugadores, que casi no existen, pero son necesarios, ¡imprescindibles!, pues sin ellos no hay rugby. Puede faltar todo lo demás, pero con ellos siempre habrá rugby de una u otra manera. Los jugadores de alto nivel, fruto de un ingente trabajo de todos-entrenadores, directivos y entidades-, buscan una continuación a su progreso, escapando de este erial deportivo. Los jugadores de medio plazo necesitan de los anteriores para progresar, de su calidad, experiencia y veteranía. Los jugadores de largo plazo precisan de referencias a las que imitar e incluso superar.
La SIR propone un espacio evolutivo inevitable, la FER precisa para su relanzamiento de algo parecido a las propuestas de la SIR. Mientras, las estructuras, clubes, franquicias, se pierden en un sudor frío económico agravado en tiempos de crisis. ¿Y los jugadores? ¡Despertad! Sois imprescindibles para jugar, pero también para guiar y protagonizar el paso del amateurismo al profesionalismo. A un profesionalismo con futuro, sólido, estable y sostenible económicamente, que mueva cifras justificables por una expresión deportiva que gaste lo que genere.
Seamos inteligentes y trabajemos todos de la mano.
Kote Olaizola
Presidente Basque Korsarioak
Foto y Artículo: Patada a Seguir (AS)
http://blogs.as.com/patada_a_seguir/